Dolor de espalda. Síntomas y causas.

Publicado, 

2 marzo, 2022.

El dolor de espalda, dorsal, o cervical es una de las razones más comunes por las que las personas acuden a la consulta o faltan al trabajo, y una de las causas principales de discapacidad en el mundo.
La espalda humana está compuesta por una estructura compleja de músculos, ligamentos, tendones, discos y huesos, que trabajan juntos para sostener el cuerpo y permitirnos movernos. Los segmentos de la columna vertebral están acolchados con almohadillas similares a cartílagos llamadas discos.
Los problemas con cualquiera de estos componentes pueden provocar dolor de espalda. En algunos casos de dolor de espalda, su causa permanece incierta o el daño puede resultar de tensión, enfermedades y mala postura, entre otros.

Tomar medidas para prevenir o aliviar la mayoría de los episodios de dolor de espalda como realizar actividad física, adoptar cambios posturales, etc. es fundamental. Si la prevención falla, existen tratamientos alternativos para alcanzar una mecánica corporal adecuada que a menudo curará el dolor en poco tiempo y la mantendrán funcional. Rara vez se requiere cirugía de columna para tratar el dolor de espalda. En la mayoría de los casos, el dolor de espalda mejora progresivamente con tratamientos kinesiológicos y el cuidado personal, generalmente en unas pocas semanas.

Cuando el dolor comienza a ser crónico…

Como mencionaba antes, la mayoría de las patologías de columna (enfermedades de la columna) son tratables con tratamientos kinesiológicos, posturales o fortaleciendo la musculatura con actividad física.
El dolor de espalda puede variar desde un simple dolor muscular hasta una sensación de ardor o dolor muy agudo o punzante. Además, puede propagarse por la pierna o empeorar al inclinarte hacia adelante, al girar, levantar un objeto, pararse o simplemente al caminar.

En cada caso, el médico traumatólogo especialista deberá identificar mediante diagnóstico por imágenes las causas que están generando el dolor. Algunos de los trastornos frecuentemente relacionados con el dolor de espalda pueden surgir de patologías tales como:

  • Distensión muscular o de ligamentos. Levantar objetos pesados reiteradamente o hacer un mal movimiento repentino puede forzar los músculos de la espalda y los ligamentos de la columna vertebral.
  • Abultamiento o rotura de disco. Los discos funcionan como amortiguadores entre los huesos (vértebras) de la columna vertebral. El material blando que se encuentra dentro del disco puede abultarse o romperse y hacer presión sobre un nervio. Se puede tener abultamiento o rotura de disco sin sentir dolor de espalda. La discopatía se suele descubrir accidentalmente cuando, por algún otro motivo, te haces una resonancia de la columna vertebral.
  • Artritis. La artrosis puede afectar la espalda lumbar. En algunos casos, la artritis de la columna vertebral puede reducir el espacio que rodea la médula espinal, un trastorno que se denomina «estenosis espinal».
  • Osteoporosis. Las vértebras de la columna vertebral pueden estar expuestas a fracturas dolorosas si tus huesos se vuelven porosos y frágiles.
  • Ciática: un disco herniado que presiona un nervio causa un dolor agudo y punzante que viaja a través del glúteo y baja por la parte posterior de la pierna.
  • Curvatura anormal de la columna vertebral: si la columna vertebral se curva de forma inusual, se puede producir dolor de espalda. Un ejemplo es la escoliosis, en la que la columna vertebral se curva hacia un lado.
  • Problemas renales: los cálculos renales o la infección renal pueden causar dolor de espalda.

Factores que influyen en el dolor de espalda:

Cualquier persona puede tener dolor de espalda. Estos son algunos de los factores pueden influir en que tengas dolor de espalda:

  • La edad. El dolor de espalda es más común a medida que envejeces, a partir de los 30 o 40 años.
  • Falta de ejercicio. Los músculos débiles y no utilizados de la espalda y el abdomen pueden provocar dolor de espalda.
  • Sobrepeso. El exceso de peso corporal representa una sobrecarga para la espalda.
  • Enfermedades pre-existentes. Algunos tipos de artritis y cáncer pueden contribuir al dolor de espalda.
  • Levantar objetos de forma inadecuada. Cuando usas la espalda en lugar de las piernas puedes tener dolor de espalda.
  • Trastornos psicológicos. Las personas propensas a la depresión y la ansiedad parecen tener un mayor riesgo de padecer dolor de espalda.
  • Tabaquismo. Los fumadores tienen tasas más elevadas de dolor de espalda. Esto puede ocurrir porque fumar provoca más tos, lo que a su vez puede causar una hernia de disco. Fumar también reduce el flujo de sangre hacia la columna vertebral y aumenta el riesgo de osteoporosis.

Señales de alerta para hacer una consulta:

  • Cuando el dolor persiste después de un par de semanas o es un dolor crónico.
  • Es intenso y no mejora con el descanso.
  • Se extiende a una o ambas piernas, especialmente si se prolonga por debajo de la rodilla.
  • Provoca debilidad, entumecimiento u hormigueo en una o ambas piernas.
  • Está acompañado de pérdida de peso sin causa aparente.
  • Ocasiona problemas de vejiga o intestino nuevos.
  • Está acompañado por fiebre.
  • Aparece después de una caída, un golpe en la espalda u otra lesión.

Hábitos para fortalecer los músculos y la mecánica de tu espalda:

Para mantener tu espalda fuerte y saludable, puedes probar lo siguiente:

  • Hacer ejercicio. Es posible que las actividades aeróbicas regulares de bajo impacto, aquellas que no tensan ni fuerzan la espalda, aumenten la resistencia y fortaleza de la espalda y permitan que los músculos funcionen mejor. Caminar y nadar son buenas opciones. Consultar siempre con el médico traumatólogo acerca de las actividades que puedes probar es siempre la mejor opción.
  • Desarrollar fuerza y flexibilidad muscular. Los ejercicios para los músculos del abdomen y de la espalda, que fortalecen el tronco del cuerpo, ayudan a desarrollar estos músculos para que funcionen como una faja natural para tu espalda.
  • Mantener un peso saludable. El sobrepeso ejerce presión sobre los músculos de la espalda. Si tienes sobrepeso, adelgazar puede prevenir el dolor de espalda.
  • Dejar de fumar. El tabaquismo aumenta el riesgo de lumbalgia. El riesgo aumenta con la cantidad de cigarrillos que fumas por día, por lo tanto, dejar de fumar reduce el riesgo.
  • Pararse bien. No te encorves. Conserva una posición pélvica neutral. Si debes permanecer parado durante mucho tiempo, coloca un pie sobre un reposapiés bajo para quitar un poco de peso de la espalda lumbar. Alterna los pies. Una buena postura puede reducir la tensión sobre los músculos de la espalda.
  • Sentarse bien. Elige un asiento que tenga buen apoyo para la espalda lumbar, apoyabrazos y una base giratoria. Para conservar su curvatura normal, coloca un almohadón o una toalla enrollada en la zona lumbar de la espalda. Mantén las rodillas y las caderas al mismo nivel. Cambia tu posición con frecuencia, como mínimo cada media hora.
  • Levantar peso de manera inteligente. En lo posible, evite levantar objetos pesados, pero si debes hacerlo, hazlo de tal modo que la fuerza la hagan las piernas. Espalda recta, no encorvada, y flexiona solo las rodillas. Coloca el objeto cerca del cuerpo. Si el objeto es pesado o te resulta incómodo levantarlo, busca a alguien que te ayude.

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